Con solo 20 años el penquista Joaquín Ruiz de Loyzaga se consagró en Chiloé como ganador de la categoría R2 del RallyMobil, relegando al segundo lugar ni más ni menos que al histórico Francisco “Chaleco” López.
“Nunca me esperé el resultado. Hacer menos tiempo que Chaleco (López) fue increíble. Nosotros habíamos recibido los autos recién unos días antes, así que tuvimos muy poco tiempo para conocerlos. Por eso el objetivo como equipo era solamente llegar a la meta. Pero las cosas se fueron dando en el camino y logramos el podio”, confiesa Joaquín, estudiante de tercer año de Ingeniería Mecánica en el Inacap de Concepción y quien corre en el equipo Rudel Racing.
Joaquín además pertenece a una conocida familia de corredores de motos y autos de la Octava Región.
“Es algo que ha venido de generación en generación. Mis abuelos partieron compitiendo en campeonatos de motociclismo y hoy hasta mis sobrinos están corriendo. Pero el que me impulsó y me ha formado en este mundo es mi papá (Rodrigo Ruiz de Loyzaga) quien también estuvo en la R2 en Chiloé. Él me ha formado y gracias a él, por ejemplo, me subí por primera vez a una moto cuando tenía 7 años”, comenta.
Y fue justamente reemplazando a su padre que debutó como piloto del RallyMobil el año 2014. “Nunca antes había manejado un auto de carrera. Recuerdo que mi papá no podía correr porque había salido fuera de Chile. Y en el equipo empezaron a preguntarse quien podía manejar. Y dijeron: ‘que corra Joaquín’. Desde ese momento he venido participando en todas las fechas”.
Y asegura que la experiencia ha sido soñada. “Es una sensación realmente inolvidable. Competir en el rally es el sueño de todo niño que le gustan los autos”.
Fiesta chilota
Con respecto a lo vivido en Chiloé, Joaquín Ruiz de Loyzaga estima que lo más duro fueron los caminos. “Eran todos nuevos. Nadie los pudo conocer antes. Así que había que estar muy concentrados. Cualquier pequeño error te podía dejar fuera de competencia”. ¿Y sobre lo positivo? “Lo mejor fue el público de Castro, se notaba que era muy tuerca. Nunca había visto tanta gente apostada al camino. Era una cantidad impresionante”.
Joaquín forma parte de una nueva camada de pilotos que se han sumado al RallyMobil con mucha fuerza y ambición. “Era más que necesario que viniera un recambio. Hoy somos alrededor de 15 los pilotos jóvenes, los que llegamos con mucho entusiasmo. Tenemos una nueva mentalidad y estamos casi todos en la R2. Somos muy unidos y compartimos una gran amistad. Sabemos que todas las diferencias que se den en la pista, se quedan en la pista”.
Ahora, ¿cómo logra Joaquín mezclar sus estudios en la Universidad de Concepción con la intensa competición?
“Hasta el momento estoy respondiendo en ambos frentes. Es complicado, a veces me atraso, pero en la universidad me han dado todas las facilidades para correr. Es divertido porque muchos de mis compañeros no me creen que corro. Pero los que están más relacionados con los fierros ya me identifican. En mi casa me dicen que primero que el deporte están los estudios, pero espero con el tiempo, cuando termine la universidad, poder dedicarme a esto. Y quien sabe, llegar a competir en alguna fecha del Campeonato Mundial de Rally”.