Faltaban solo tres días para comenzar la quinta fecha del RallyMobil 2018 que este fin de semana se corre en Curicó y el equipo de Luis Ignacio Rosselot se enfrentaba a su peor pesadilla. El motor del poderoso Mitsubishi Mirage que corre en la categoría R5 se rompía en medio de una prueba y sus repuestos debían ser solicitados a Europa.
Pese a todos los inconvenientes y al escaso tiempo el equipo de mecánicos pudo tener el coche de competición a tiempo para estar presente en el ShakeDown y hoy estar en óptimas condiciones para enfrentar la carrera.
“Tuvimos un trabajo maratónico. Se rompió el motor el martes y no teníamos la totalidad de los repuestos y hubo que pedirlos a Suecia. Hasta ayer en la mañana (jueves) el auto estaba totalmente desarmado, sin motor y el motor desarmado por completo. Estuvimos trabajando todo el día hasta altas horas de la noche. Terminaron la mañana de este viernes y se vinieron. Llegamos justo al ShakeDown y el auto quedo un maravilla, así que estoy muy agradecido de los mecánicos”, Relató Luis Ignacio Rossolot con evidente orgullo por el trabajo realizado.
En situaciones como estas, dijo el piloto, es cuando “se agradece tener un equipo tan comprometido”, el que además calificó como un “gran grupo humano”.
“El compromiso que hay, la pasión y el amor que le ponen a su trabajo es increíble. Esto ya no es trabajo, es cariño por el equipo, por los autos y yo creo que recíproco”, dijo Luis Ignacio Rosselot.
El piloto de la serie R5 no se quedó ahí y agregó que “todos los integrantes del equipo somos una familia, siempre se nombra a la familia Rosselot pero esa familia no solamente son mis hijos, mi hermano y mi papá, sino que también son nuestros mecánicos. Siempre nos hemos cuidado, nos hemos protegido y nos hemos preocupado que nunca nos falte nada”, dijo el piloto.
Luis Ignacio Rosselot añadió que su equipo es una gran garantía de seguridad y de ahí que puede subirse al auto y exigirlo al máximo en la ruta.